Dos fueron las dinastías que durante un siglo se sucedieron al frente del reino zaragozano: la de los tuyibes, descendientes de los árabes del sur que a principios del siglo IX se habían instalado en Zaragoza, Calatayud y Daroca y que procedían del Yemen, y la de los Banu Hud, también árabes yemenies, que arrrebataron el poder a los primeros en 1038.
El primer monarca de la taifa zaragozana fue Mundir I, quien reinó a partir de 1018, cuando todavía existía un califa en Córdoba. Antes de proclamarse independiente había estado al servicio de los califas cordobeses, quienes le otorgaron su confianza por su destreza y valentía.
Por ello, y pese a ser hijo de un simple caballero en el ejército de Almanzor, se le concedió el gobierno de Tudela y después de Zaragoza. En 1018 se sintió lo suficientemente fuerte como para proclamarse independiente y fundar el reino de Zaragoza.
La taifa zaragozana se convirtió en una de las más extensas de España, quedando bajo su dominio Tudela, Ejea, Huesca, Barbastro, Lérida, Calatayud, Tarazona y Soria. Limitaba al norte con los condados y reinos cristianos pirenaicos y al sur con las taifas islámicas de Toledo, Albarracín, Valencia y Tortosa.
De la primera de las dinastías, la de los tuyibies, sólo tres monarcas llegaron a reinar. Mundir I, Yahya y Mundir II, padre, hijo y nieto respectivamente. Mundir II fue asesinado cuando tenía 19 años y llevaba sólo dos en el trono.
En 1038, se instaló en Zaragoza la dinastía de los Banu Hud. Su primer rey, Sulaimán ibn Hud (1038-1046) dividió el reino en cuatro partes para sus hijos y les entregó Lérida, Tudela, Calatayud y Zaragoza.
Al mayor de ellos, Ahmad al-Muqtadir (1046-1081/2) tomo el título de "pilar de la dinastía" y consiguió reunificar el reino tras reducir a sus hermanos. El reinado de al-Muqtadir fue largo y ser caracterizó por una gran actividad.
viernes, 26 de diciembre de 2014
lunes, 1 de diciembre de 2014
Ibn Gabirol y Pedro Alfonso, dos filósofos y poetas
Si fuera necesario singularizar dos exponentes de la literatura y pensamiento judíos, éstos serían Ibn Gabirol y Pedro Alfonso, pues entre ambos se trenza la axiología hebrea del reino.
Selomó ben Yehuda ibn Gabirol, conocido entre los cristianos como Avicebrón, influyó en la poesía, literatura, la exégesis o interpretación bíblica, la gramática y la filosofía. fue encumbrado a la prelatura de la filosofía islámica y judía. Nacido en torno al año 1020, malagueño de origen pero zaragozano de adopción (en Zaragoza adquirió su formación intelectual y obtuvo el mecenazgo de la corte tuyibí de Mundir III), este hombre hipersensible y atormentado inspiró un sistema filosófico al margen de la Revelación y los Textos Sagrados, si bien nunca renegó a su arraigada fe mosaica.
Adoptó los metros árabes (la qasida) en la poesía religiosa hebrea e impulsó el piyut sefardí silábico. Próximo al movimiento ascético de los Hermanos de la Pureza y a la corriente mística, entendió el amor y el corazón de raigambre bíblica como origen del conocimiento del mundo. En su Selección de perlas compiló sentencias de prácticas morales comunes a la cultura griega, árabe y judía, independientemente de las creencias.
Es un poeta donde confluyen racionalismo, pietismo, misticismo y eticismo. Sus Exhortaciones son exposiciones de los 613 preceptos de la Torah, que todavía emplean algunas comunidades para su servicio religioso.
Su máxima cota artística la alcanzó en su Kéter Malkhut o Corona Real, verdadero canto al melancolía por Israel ye l gozo de sentirse en comunión con el Hacedor. Esta composición de 400 versos se recita aún hoy día como vespertino del Yom Kippur o Día del Perdón. Su obra fundamental, Fons vitae, representa la culminación de la filosofía hebrea de método platónico.
El oscense Mosse Sefardi adoptó el nombre de Pedro Alfonso, tras su conversión en 1106, a los 44 años de edad. Fue apadrinado por Alfonso I una vez recibida la catequesis de los monjes cluniacenses. Poco después viajó a lnglaterra, donde ejerció su magisterio sobre Abelardo de Bath y Walcher de Malvern. Fue médico de Enrique I.
Hombre de saber enciclopédico acreditó una cultura dúctil, profundizó en la medicina, teología, filosofía y matemática, Dentro de su actividad científica, dedicó buena parte de sus energía a la astronomía, donde mostró entusiasmo por los instrumentos de la tecnología árabe (relojes, astrolabios y cuadrantes) y estudió los eclipses y la posición de los astros. Sus métodos de cálculo, publicados en su libro De Astronomía, sólo fueron superados por las Tablas Toledanas. Apostó por la nueva ciencia, basada en el empirismo de la observación y la experimentación, y trató de armonizarla con la religión.
En su producción literaria destaca su Disciplina Clericalis, miscelánea de cuentos y sentencias a través de la cual irrumpe en el género de la apología simbólica oriental, con finalidad moralizante didáctica. Dentro de su obra polémico-apologética, aunque en tono conciliador, hay que destacar sus Diálogos contra judíos, pletórico de discusiones teológico-religiosas y de referencias a su reciente experiencia profesional (explica los motivos que le condujeron al cristianismo). Se sirve gustoso del debate entre maestro (Moisés) y discípulo para evidenciar los conocimientos de dialéctica y lógica de éste último y sacar de su error a áquel.
Selomó ben Yehuda ibn Gabirol, conocido entre los cristianos como Avicebrón, influyó en la poesía, literatura, la exégesis o interpretación bíblica, la gramática y la filosofía. fue encumbrado a la prelatura de la filosofía islámica y judía. Nacido en torno al año 1020, malagueño de origen pero zaragozano de adopción (en Zaragoza adquirió su formación intelectual y obtuvo el mecenazgo de la corte tuyibí de Mundir III), este hombre hipersensible y atormentado inspiró un sistema filosófico al margen de la Revelación y los Textos Sagrados, si bien nunca renegó a su arraigada fe mosaica.
Adoptó los metros árabes (la qasida) en la poesía religiosa hebrea e impulsó el piyut sefardí silábico. Próximo al movimiento ascético de los Hermanos de la Pureza y a la corriente mística, entendió el amor y el corazón de raigambre bíblica como origen del conocimiento del mundo. En su Selección de perlas compiló sentencias de prácticas morales comunes a la cultura griega, árabe y judía, independientemente de las creencias.
Es un poeta donde confluyen racionalismo, pietismo, misticismo y eticismo. Sus Exhortaciones son exposiciones de los 613 preceptos de la Torah, que todavía emplean algunas comunidades para su servicio religioso.
Su máxima cota artística la alcanzó en su Kéter Malkhut o Corona Real, verdadero canto al melancolía por Israel ye l gozo de sentirse en comunión con el Hacedor. Esta composición de 400 versos se recita aún hoy día como vespertino del Yom Kippur o Día del Perdón. Su obra fundamental, Fons vitae, representa la culminación de la filosofía hebrea de método platónico.
El oscense Mosse Sefardi adoptó el nombre de Pedro Alfonso, tras su conversión en 1106, a los 44 años de edad. Fue apadrinado por Alfonso I una vez recibida la catequesis de los monjes cluniacenses. Poco después viajó a lnglaterra, donde ejerció su magisterio sobre Abelardo de Bath y Walcher de Malvern. Fue médico de Enrique I.
Hombre de saber enciclopédico acreditó una cultura dúctil, profundizó en la medicina, teología, filosofía y matemática, Dentro de su actividad científica, dedicó buena parte de sus energía a la astronomía, donde mostró entusiasmo por los instrumentos de la tecnología árabe (relojes, astrolabios y cuadrantes) y estudió los eclipses y la posición de los astros. Sus métodos de cálculo, publicados en su libro De Astronomía, sólo fueron superados por las Tablas Toledanas. Apostó por la nueva ciencia, basada en el empirismo de la observación y la experimentación, y trató de armonizarla con la religión.
En su producción literaria destaca su Disciplina Clericalis, miscelánea de cuentos y sentencias a través de la cual irrumpe en el género de la apología simbólica oriental, con finalidad moralizante didáctica. Dentro de su obra polémico-apologética, aunque en tono conciliador, hay que destacar sus Diálogos contra judíos, pletórico de discusiones teológico-religiosas y de referencias a su reciente experiencia profesional (explica los motivos que le condujeron al cristianismo). Se sirve gustoso del debate entre maestro (Moisés) y discípulo para evidenciar los conocimientos de dialéctica y lógica de éste último y sacar de su error a áquel.
martes, 25 de noviembre de 2014
El valle medio del Ebro se integra en la cultura mediterránea
wikipedia |
El papel de esta civilización fue determinante en la formación de la Europa medieval católica. La identidad aragonesa se fraguó desde entonces a través de la emancipación de la tutela navarra y de la superación de sus orígenes montañeses, en confrontación con los musulmanes del sur y a través de la asociación con los vecinos catalanes, primero, y castellanos después.
Cuando Roma inició su conquista de la Península en el 218 antes de Cristo, las tierras aragonesas se encontraban pobladas por gentes culturalmente diversas: ilergetes y sedetanos ibéricos en el Valle del Ebro y el somontano pirenaico; celtas al sur del río (celtíberos), en las Cinco Villas (suesetanos) y en otros puntos de la región; montañeses y también vascones.
Sus lenguas y tradiciones eran distintas aunque la cultura ibérica iba ganando espacio a las restantes en un proceso intensificado por la conquista romana
lunes, 24 de noviembre de 2014
miércoles, 29 de octubre de 2014
Pedro II
Pedro II el Católico, auxilió lealmente a Castilla frente a los almohades y participó de modo sobresaliente en las Navas de Tolosa (1212). Heredó el condado de Urgel. Guerreó en Valencia, con los templarios, a quienes cedió Tortosa. Coronado solemnemente, como vasallo, por el Papa en Roma (1204) logró que éste que en el futuro la coronación aragonesa se verificase en Zaragoza. La feroz represión papal contra los cátaros del sur de Francia, dirigida por Simón de Monfort, le llevó a defenderlos con las armas, como vasallos suyos que eran, ante la intransigencia de los cruzados católicos y del episcopado francés. Murió en 1213 asaltando el castillo tolosano de Muret (Francia). Francia adquirió el Languedoc y Monfort se adueñó de Tolosa, Narbona y Béziers. Provenza pasaría luego a los condes de Tolosa. Comienza el declive de la Corona en Francia.
lunes, 29 de septiembre de 2014
Hasday Crescas, filósofo y rabino
Hasday Ibn Abraham Crescas (1340-1412) fue un hombre prototipo de su tiempo. Nacido en Barcelona de estirpe rabínica, se trasladó en 1387 a Zaragoza, donde elaboró el fuste de su reflexión filosófica y desarrolló cargos públicos. Ostentó el rabinado mayor y la fudicatura contra los "malasines" o delatores judíos en Aragón.
Discípulo de Nissim Gerundí y profundo humanista, influyó en Giordano Bruno o Pico della Mirándola. Gozó del favor de Juan I, tras caer en desgracia por ser acusado de conspirar contra Pedro IV.
Crescas intervino decisivamente en la reconstrucción material de las aljamas aragonesas tras las alteraciones de 1931. Se erigió en el centro motor cuando los disturbios llegaron a su apogeo. Acompañado del diplomático Francesch de Aranda, en agosto de ese año recorrió las distints colectividades judías para infundir ánimo, obtener fondos con los que pagar una leva armada y mandar una legación negociadora a la corte papal. La narración de aquellos hechos quedó plasmada en su Carta a las comunidades de Avignon. A esta epístola siguieron algunas obras polémicas como el Tratado de la refutación de los dogmas cristianos.
Es autor de una de las síntesis teológico-filosóficas más sólidas (voluntarismo) y originales, sólo comparable a la construcción maimonediana (intelectualismo). En su obra maestra, La luz del Señor, escrita en 1410, defiende que la aproximación del hombre a lo divino no se efectúa a través del conocimiento racional sino mediante los mandamientos de Dios.
Discípulo de Nissim Gerundí y profundo humanista, influyó en Giordano Bruno o Pico della Mirándola. Gozó del favor de Juan I, tras caer en desgracia por ser acusado de conspirar contra Pedro IV.
Crescas intervino decisivamente en la reconstrucción material de las aljamas aragonesas tras las alteraciones de 1931. Se erigió en el centro motor cuando los disturbios llegaron a su apogeo. Acompañado del diplomático Francesch de Aranda, en agosto de ese año recorrió las distints colectividades judías para infundir ánimo, obtener fondos con los que pagar una leva armada y mandar una legación negociadora a la corte papal. La narración de aquellos hechos quedó plasmada en su Carta a las comunidades de Avignon. A esta epístola siguieron algunas obras polémicas como el Tratado de la refutación de los dogmas cristianos.
Es autor de una de las síntesis teológico-filosóficas más sólidas (voluntarismo) y originales, sólo comparable a la construcción maimonediana (intelectualismo). En su obra maestra, La luz del Señor, escrita en 1410, defiende que la aproximación del hombre a lo divino no se efectúa a través del conocimiento racional sino mediante los mandamientos de Dios.
domingo, 21 de septiembre de 2014
La importante reconquista de Zaragoza
Tras los éxitos militares, las cosas le iban a ir mal al rey Pedro, que vio morir a sus dos hijos en 1103: la infanta Isabel y el infante Pedro, un joven de 16 años que había caso con María, hija del Cid, dada la gran amistad que unía al rey con Rodrigo Díaz de Vivar.
Entristecido por la tragedia familiar, Pedro I murió el año 1104 y le sucedió en el trono su hermano Alfonso I (1104-1134) al que por su arrojo y valentía las crónicas calificaron como "el Batallador". El nuevo monarca fue el artífice de la expansión del reino. Arrebató a los musulmanes más de veinticinco mil kilómetros cuadrados de territorio y conquistó importantes plazas como Zaragoza, ciudad que convirtió en la nueva capital del reino de Aragón al conquistarla en diciembre de 1118 tras siete meses de asedio. Pero su afán reconquistador no paró en el valle del Ebro, y en 1125 emprendió una expedición a Andalucía, con el fin de instaurar en Granada un principado cristiano, de donde volvió con varios miles de mozárabes (cristianos que vivían en tierras musulmanas) con los que repobló algunos lugares como Mallén.
El dominio de Zaragoza, ciudad con 20.000 habitantes y que capituló vencida por el hambre, le permitió asentar su control sobre el valle del Ebro, acometer la conquista de sus principales núcleos y encaminarse hacia Tortosa en busca de la salida hacia el Mediterráneo. Pero la vocación marítima de este rey profundamente religioso (que soñaba con ir a los Santos Lugares) le costó la vida puesto que, después de ocupar Mequinenza con una pequeña flota fluvial, puso sitio a Fraga y en ese empeño sufrió una dura derrota el 17 de julio de 1134. Poco después, el 7 de septiembre, murió en la aldea de Poleñino, entre Sariñena y Grañen.
A su muerte no dejó ningún hijo, ya que su matrimonio con la reina Urraca de Castilla había sido un fracaso total, hasta el extremo de que su esposa era encarnizada enemiga política incluso antes de anularse el matrimonio en 1114. Pero, además, el problema se agravaba ya que en su testamento el rey dejaba el reino aragonés a tres órdenes militares: la del Temple, la del Santo Sepulcro y la del Hospital de San Juan. La última voluntad del monarca, más soñador que político, no fue aceptada por la nobleza y algunas ciudades, como Jaca, se aprestaron a designar como nuevo rey al hermano de Alfonso, Ramiro II (1134-1157)
viernes, 19 de septiembre de 2014
Esplendor y grandeza en la corte de Mundir I
La Marca Superior de al-Andalus había tenido un gran desarrollo cultural durante la etapa de sometimiento al poder central cordobés. Cuando podían, los escasos sabios de la Marca emigraban a otros lugares donde encontraban todo aquello que les estaba vetado en una ciudad provinciana.
Desde que a principios del siglo XI la taifa de Zaragoza alcanza la independencia y la ciudad de Córdoba entra en plena decadencia, la cultura floreció extraordinariamente en el reino zaragozano, debido en parte a la emigración de sabios cordobeses, del resto de al-Andalus y de Oriente, ante la protección y mecenazgo que ofrecían sus reyes.
La pléyade de maestros y sabios prestigiosos que impartieron sus enseñanzas en Zaragoza desde principios del siglo XI fue el germen que propició la formación de intelectuales autóctonos que comenzaron a proliferar a mediados de esa centuria. La conquista de este reino por los cristianos a principios del siglo XII interrumpió un proceso que hubiera aportado a la cultura musulmana todavía más nombres de prestigio.
En el siglo XI, y en la corte de Zaragoza, coincidieron numerosos poetas, escritores, científicos y filósofos, muchos de los cuales huían de la intransigencia que se impuso en Córdoba.
Fue Mundir I quien acogió en primer lugar en su corte a estos intelectuales que escapaban de una Córdoba en descomposición. El poeta Ibn Darray, de origen beréber, recaló en Zaragoza entre 1018 y 1028. Compuso una serie de panegíricos en honor de Mundir y creó en su entorno un cenáculo de poetas, germen de una verdadera escuela lírica.
De entre tantos científicos e intelectuales sobresale Avempace. Hombre polifacético, nació en Zaragoza en la segunda mitad del siglo XI, pero tuvo que abandonarla cuando tenía unos treinta años al ser ocupada por los cristianos. Murió en la ciudad marroquí de Fez en 1138. Durante su vida alcanzó una fama extraordinaria y se convirtió en uno de los pensadores más influyentes en el Islam. Cultivó distintas disciplinas (astronomía, matemáticas, literatura, filosofía...) y fue uno de los mejore conocedores de los filósofos griegos de la antigüedad. Sus aportaciones filosóficas influirán más tarde en intelectuales de la talla de Averroces y Maimónides.
Destacaron también notables familias de juristas, verdaderos linajes que acapararon en las ciudades más importantes los principales cargos judiciales. Destacan los Banu Furtis en Zargoza, los Banu Abi Dirham en Huesca, los Banu-I-Iman en Tudela y los Banu al-Batruri en Calatayud.
Desde que a principios del siglo XI la taifa de Zaragoza alcanza la independencia y la ciudad de Córdoba entra en plena decadencia, la cultura floreció extraordinariamente en el reino zaragozano, debido en parte a la emigración de sabios cordobeses, del resto de al-Andalus y de Oriente, ante la protección y mecenazgo que ofrecían sus reyes.
La pléyade de maestros y sabios prestigiosos que impartieron sus enseñanzas en Zaragoza desde principios del siglo XI fue el germen que propició la formación de intelectuales autóctonos que comenzaron a proliferar a mediados de esa centuria. La conquista de este reino por los cristianos a principios del siglo XII interrumpió un proceso que hubiera aportado a la cultura musulmana todavía más nombres de prestigio.
En el siglo XI, y en la corte de Zaragoza, coincidieron numerosos poetas, escritores, científicos y filósofos, muchos de los cuales huían de la intransigencia que se impuso en Córdoba.
Fue Mundir I quien acogió en primer lugar en su corte a estos intelectuales que escapaban de una Córdoba en descomposición. El poeta Ibn Darray, de origen beréber, recaló en Zaragoza entre 1018 y 1028. Compuso una serie de panegíricos en honor de Mundir y creó en su entorno un cenáculo de poetas, germen de una verdadera escuela lírica.
De entre tantos científicos e intelectuales sobresale Avempace. Hombre polifacético, nació en Zaragoza en la segunda mitad del siglo XI, pero tuvo que abandonarla cuando tenía unos treinta años al ser ocupada por los cristianos. Murió en la ciudad marroquí de Fez en 1138. Durante su vida alcanzó una fama extraordinaria y se convirtió en uno de los pensadores más influyentes en el Islam. Cultivó distintas disciplinas (astronomía, matemáticas, literatura, filosofía...) y fue uno de los mejore conocedores de los filósofos griegos de la antigüedad. Sus aportaciones filosóficas influirán más tarde en intelectuales de la talla de Averroces y Maimónides.
Destacaron también notables familias de juristas, verdaderos linajes que acapararon en las ciudades más importantes los principales cargos judiciales. Destacan los Banu Furtis en Zargoza, los Banu Abi Dirham en Huesca, los Banu-I-Iman en Tudela y los Banu al-Batruri en Calatayud.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
La modernización y europeización del reino aragonés
A la muerte de Ramiro I de Aragón, el hombre que había duplicado la extensión territorial del reino heredado de su padre Sancho, le sucedió su hijo Sancho Ramirez (1064-1094).
Como estratega, el nuevo rey se identificaba plenamente con la empresa guerrera de su padre. Y como político, entendía que la consolidación del estado pirenaico pasaba por su europeización y modernización. En este sentido, Aragón se abrió a la influencia de Roma y el sur de Francia. Se fue uniendo con las casas que gobernaban los estados europeos gracias a una inteligente política mantrimonial (Ramiro I se casó con la hija del conde de Carcasona y de la condesa de Bigorra, y Sancho Ramírez con Felicia de Roucy, que estaba emparentad con los reyes de Francias, con los normandos del Sur de Italia y con las casas de Borgoña, Champaña o Picardía). La vinculación con Roma se produjo a raíz de un viaje que hizo el monarca en 1068 para buscar el apoyo del papado a cambio de declarase vasallo de la Santa Sede.
Como consecuencia de esta apertura a Europa y de la estrecha relación con el Papa, se pusieron en marcha dos grandes planes de transformación en la iglesia aragonesa: la reforma gregoriana, que pretendía implantar la vida en común de los clérigos y la cluniacense.
Pero, junto a estos movimientos reformadores, la poderos abadía benedictina de Cluny logró coronar su influencia con la reforma litúrgica. Estando el rey en San Juan de la Peña, pasando como era habitual la cuaresma, el martes 22 de marzo de 1071 se abandonó el rito mozárabe o hispano-visigodo y se comenzó a usar el rito romano, que pontenciaba la Santa Sede como vehículo unificado para la Iglesia europea.
La marcha de los acontecimientos iba a complicar los años siguientes. Por un lado, un sector de nobles aragoneses encabezados por el obispo García de Jaca (hermano del rey) se opuso a la influencia de personajes extranjeros en el gobierno del reino, u por el otro lado el monarca recibió en 1076 el dominio de gran parte de los territorios del reino de Pamplona, al despeñarse su primo, el rey Sancho Garcés IV, empujado al barranco de Peñalén por sus propios hermanos. A partir de entonces, Sancho Ramírez se tituló "rey, por la gracia de Dios, de aragoneses y pamploneses" y se dedicó a poner en marcha la nueva capital, en la que asentó su corte itinerate y el obispado de Aragón. Para ello, el año 1077 se expide un documento real en el que el rey hace saber que "quiero constituir una ciudad en mi villa que es llamada Jaca". Es el fuero de Jaca, que reglamenta cómo era la vida de la primera ciudad del reino aragonés, a la cual se busca atraer sobretodo a comerciantes y artesanos.
Como estratega, el nuevo rey se identificaba plenamente con la empresa guerrera de su padre. Y como político, entendía que la consolidación del estado pirenaico pasaba por su europeización y modernización. En este sentido, Aragón se abrió a la influencia de Roma y el sur de Francia. Se fue uniendo con las casas que gobernaban los estados europeos gracias a una inteligente política mantrimonial (Ramiro I se casó con la hija del conde de Carcasona y de la condesa de Bigorra, y Sancho Ramírez con Felicia de Roucy, que estaba emparentad con los reyes de Francias, con los normandos del Sur de Italia y con las casas de Borgoña, Champaña o Picardía). La vinculación con Roma se produjo a raíz de un viaje que hizo el monarca en 1068 para buscar el apoyo del papado a cambio de declarase vasallo de la Santa Sede.
Como consecuencia de esta apertura a Europa y de la estrecha relación con el Papa, se pusieron en marcha dos grandes planes de transformación en la iglesia aragonesa: la reforma gregoriana, que pretendía implantar la vida en común de los clérigos y la cluniacense.
Pero, junto a estos movimientos reformadores, la poderos abadía benedictina de Cluny logró coronar su influencia con la reforma litúrgica. Estando el rey en San Juan de la Peña, pasando como era habitual la cuaresma, el martes 22 de marzo de 1071 se abandonó el rito mozárabe o hispano-visigodo y se comenzó a usar el rito romano, que pontenciaba la Santa Sede como vehículo unificado para la Iglesia europea.
La marcha de los acontecimientos iba a complicar los años siguientes. Por un lado, un sector de nobles aragoneses encabezados por el obispo García de Jaca (hermano del rey) se opuso a la influencia de personajes extranjeros en el gobierno del reino, u por el otro lado el monarca recibió en 1076 el dominio de gran parte de los territorios del reino de Pamplona, al despeñarse su primo, el rey Sancho Garcés IV, empujado al barranco de Peñalén por sus propios hermanos. A partir de entonces, Sancho Ramírez se tituló "rey, por la gracia de Dios, de aragoneses y pamploneses" y se dedicó a poner en marcha la nueva capital, en la que asentó su corte itinerate y el obispado de Aragón. Para ello, el año 1077 se expide un documento real en el que el rey hace saber que "quiero constituir una ciudad en mi villa que es llamada Jaca". Es el fuero de Jaca, que reglamenta cómo era la vida de la primera ciudad del reino aragonés, a la cual se busca atraer sobretodo a comerciantes y artesanos.
Jaca |
martes, 16 de septiembre de 2014
El asesinato de Ramiro I
La actuación política del primer rey en Aragón, después de atravesar duros momentos y de enfrentarse con su hermano, el rey de Navarra, incluso poniendo en peligro su vida, se centró en tres frentes concretos:
Fracasado el avance por la llanura oscense, Remiro I encomendó el gobierno de Aragón a su hijo Sancho Ramirez y se dedicó a organizar un ambicioso plan de ataque contra los territorios de la Taifa de Lérida y la de Zaragoza.
Si el objetivo territorial era la conquista de las ciudades de Graus y Barbastro, el rey Ramiro pretendía frenar sobre todo la continua expansión territorial de los estados catalanes por las tierras orientales de Aragón. Aliado con su yerno, el conde Ermengol II de Urgell, comenzó su marcha hacía Barbastro en dirección norte-sur, para lo cual tenía que conquistar el castillo de Graus, que sobre el río Esera era una posición clave que paralizaba todo el avance cristiano, después de su victoriosa ocupación de Benabarre.
Pero los hechos fueron diferentes. El lunes 8 de marzo de 1064, cuando el rey aragonés estaba sitiando el castillo de Graus, un musulmán llamado Sadada terminó con la vida de Ramiro I. Un cronista musulmán, al-Turtuxí, lo cuenta así: Sadaba "iba vestido como los cristianos y, como vivía en sus vecindades, hablaba muy bien su lengua. Pudo, pues, penetrar en los ejércitos de los infieles y aproximarse a Ramiro que, armado de pies a cabeza, tenía la visera bajada, de suerte que sólo dejaba ver los ojos. Sadada esperó la ocasión para golpearle. Cuando la encontró se precipitó sobre él y le hirió en un ojo, de una lanzada, Ramiro cayó de bruces a ala tierra; Sadada se puso a gritar en romance: ¡El rey ha muerto!" y los soldados se dispersaron.
- marcar los caminos de expansión territorial para su pequeño estado
- consolidar su defensa protegiendo los cauces de los ríos
- y reafirmar su unidad política
Fracasado el avance por la llanura oscense, Remiro I encomendó el gobierno de Aragón a su hijo Sancho Ramirez y se dedicó a organizar un ambicioso plan de ataque contra los territorios de la Taifa de Lérida y la de Zaragoza.
Si el objetivo territorial era la conquista de las ciudades de Graus y Barbastro, el rey Ramiro pretendía frenar sobre todo la continua expansión territorial de los estados catalanes por las tierras orientales de Aragón. Aliado con su yerno, el conde Ermengol II de Urgell, comenzó su marcha hacía Barbastro en dirección norte-sur, para lo cual tenía que conquistar el castillo de Graus, que sobre el río Esera era una posición clave que paralizaba todo el avance cristiano, después de su victoriosa ocupación de Benabarre.
Pero los hechos fueron diferentes. El lunes 8 de marzo de 1064, cuando el rey aragonés estaba sitiando el castillo de Graus, un musulmán llamado Sadada terminó con la vida de Ramiro I. Un cronista musulmán, al-Turtuxí, lo cuenta así: Sadaba "iba vestido como los cristianos y, como vivía en sus vecindades, hablaba muy bien su lengua. Pudo, pues, penetrar en los ejércitos de los infieles y aproximarse a Ramiro que, armado de pies a cabeza, tenía la visera bajada, de suerte que sólo dejaba ver los ojos. Sadada esperó la ocasión para golpearle. Cuando la encontró se precipitó sobre él y le hirió en un ojo, de una lanzada, Ramiro cayó de bruces a ala tierra; Sadada se puso a gritar en romance: ¡El rey ha muerto!" y los soldados se dispersaron.
martes, 2 de septiembre de 2014
La unidad política de Sancho Garcés III
El territorio principal era el reino de Navarra (entonces conocido como de Pamplona) que constituía su dominio patrimonial, heredado de sus padres y antepasados. Junto a este reino, que era la base de todo el estado, estaban otros territorios ganados por conquista o adquiridos por dotes y herencias matrimoniales.
En tal caso se encontraba el Condado de Aragón, a cuya independencia habían puesto fin los ejércitos de Sancho Garcés I en torno al año 920. La conquista militar fue suavizada con la boda del hijo del conquistador, el futuro rey García Sánchez I, y Endregoto Galíndez, hija del conde derrotado. Por tanto, desde tiempos de este rey, bisabuelo de Sancho el Mayor, el territorio aragonés era gobernado por los monarcas pamploneses. El condado de Castilla había llegado a su manos como herencia de su mujer doña Mayor, hermana del conde García, que murió asesinado en su boda el año 1029. Y el Condado de Ribagorza era igualmente aportado por su mujer, sobrina y heredera de la condesa de aquel estado. El resto de sus territorios eran fruto de la conquista. El Condado de Sobrarbre se incorporó por sometimiento de su conde, Silo, mientras que las tierras de Serrablo y ribera del Cinco fueron anexionadas militarmente.
Pero la unidad política lograda por el monarca pamplonés duró poco tiempo y a su muerte, el 18 de octubre de 1035, todos los dominios de Sancho el Mayor fueron repartidos entre sus hijos, que recibieron el título de reyes. El reparto lo explicaría la leyenda como un duro castigo a su hijo primogénito que, enfadado porque no le dejó montar el caballo preferido del rey, había acusado de adulterio a su madre, la reina. Peor, además de repartir sus tierras, su testamento convirtió en reinos los antiguos condados, al poner al frente de ellos a su hijos. Al primogénito García le dejó el reino patrimonial, Pamplona; a Fernando le entregó el condado de Castilla convertido en reino; a Ramiro el de Aragón; y a Gonzalo los de Sobrarbe y Ribagorza.
La última voluntad política de este hombre hizo nacer los dos reinos que iban a protagonizar la mayor parte de la historia de España: Aragón y Castilla; dos estados a los que acabarían vinculándose el resto de los núcleos políticos de la España bajomedieval: a Castilla el Reino de León y a Aragón los mediterráneos.
La marcha de las tierras aragonesas desde su conversión en reino hasta la creación de la Coron ade Aragón se puede reconstruir de la mano de la dinastía de los Ramirez, los hijos de Ramiro.
Ramiro I (1035-1064) fue el primer rey de Aragón y además el creador de la familia real que gobernó este estado. El hecho de ser el origen de la dinastía provocó el nacimiento de relatos legendarios sobre su persona, inspirados y animados por la enemistad de los castellanos, que pretendían hacer creer que el rey aragonés era bastardo y había nacido de la relación del rey Sancho el Mayor con una bella dama de Aibar. Las últimas investigaciones califican esta versión como falsa, tras demostrarse que Ramiro I era el hijo menor de Sancho el Mayor, nacido de su matrimonio hacia 1020.
En tal caso se encontraba el Condado de Aragón, a cuya independencia habían puesto fin los ejércitos de Sancho Garcés I en torno al año 920. La conquista militar fue suavizada con la boda del hijo del conquistador, el futuro rey García Sánchez I, y Endregoto Galíndez, hija del conde derrotado. Por tanto, desde tiempos de este rey, bisabuelo de Sancho el Mayor, el territorio aragonés era gobernado por los monarcas pamploneses. El condado de Castilla había llegado a su manos como herencia de su mujer doña Mayor, hermana del conde García, que murió asesinado en su boda el año 1029. Y el Condado de Ribagorza era igualmente aportado por su mujer, sobrina y heredera de la condesa de aquel estado. El resto de sus territorios eran fruto de la conquista. El Condado de Sobrarbre se incorporó por sometimiento de su conde, Silo, mientras que las tierras de Serrablo y ribera del Cinco fueron anexionadas militarmente.
Pero la unidad política lograda por el monarca pamplonés duró poco tiempo y a su muerte, el 18 de octubre de 1035, todos los dominios de Sancho el Mayor fueron repartidos entre sus hijos, que recibieron el título de reyes. El reparto lo explicaría la leyenda como un duro castigo a su hijo primogénito que, enfadado porque no le dejó montar el caballo preferido del rey, había acusado de adulterio a su madre, la reina. Peor, además de repartir sus tierras, su testamento convirtió en reinos los antiguos condados, al poner al frente de ellos a su hijos. Al primogénito García le dejó el reino patrimonial, Pamplona; a Fernando le entregó el condado de Castilla convertido en reino; a Ramiro el de Aragón; y a Gonzalo los de Sobrarbe y Ribagorza.
La última voluntad política de este hombre hizo nacer los dos reinos que iban a protagonizar la mayor parte de la historia de España: Aragón y Castilla; dos estados a los que acabarían vinculándose el resto de los núcleos políticos de la España bajomedieval: a Castilla el Reino de León y a Aragón los mediterráneos.
La marcha de las tierras aragonesas desde su conversión en reino hasta la creación de la Coron ade Aragón se puede reconstruir de la mano de la dinastía de los Ramirez, los hijos de Ramiro.
Ramiro I (1035-1064) fue el primer rey de Aragón y además el creador de la familia real que gobernó este estado. El hecho de ser el origen de la dinastía provocó el nacimiento de relatos legendarios sobre su persona, inspirados y animados por la enemistad de los castellanos, que pretendían hacer creer que el rey aragonés era bastardo y había nacido de la relación del rey Sancho el Mayor con una bella dama de Aibar. Las últimas investigaciones califican esta versión como falsa, tras demostrarse que Ramiro I era el hijo menor de Sancho el Mayor, nacido de su matrimonio hacia 1020.
lunes, 1 de septiembre de 2014
Entre las reconquistas territoriales y el problema de la sucesión al trono
Occidente inició el siglo XI con la alegría de ver como en el año 1000 no se cumplieron los terribles presagios que hablaban del fin del mundo. Y de manera especial en las tierras de la Península Ibérica, que empezaban a observar como el antaño poderoso Califato de Córdoba se iba desintegrando en pequeños estados o taifas. Justo en ese momento un rey pirenaico se empeñaba en convertirse en moanrca al estilo eruopeo, de los qaue basaban su aturoidad en el origen divino dle poder de acuerdo con lo que decía Dios en el Libro de los proverbios: "ES por Mï por lo que los reyes reinan".
Este rey "por la gracia de Dios" era Sancho Garcés III de Pamplona, un hombre al que los cronistas medievales apodaron El Mayor, reinó entre los años 1004 y 1035. fue un hombre al que le sonrió la fortuna y le ayudaron sus relaciones familiares.
Gracias a ello fue concentrando en sus manos el territorio comprendido entre el río Pisuerga y el condado de Pallás; un amplio dominio que nunca constituyó una unidad autónoma, pues en él se diferenciaban claramente una serie de entidades regionales que sólo tenían en común estar bajo el señorío de un mismo soberano.
Este rey "por la gracia de Dios" era Sancho Garcés III de Pamplona, un hombre al que los cronistas medievales apodaron El Mayor, reinó entre los años 1004 y 1035. fue un hombre al que le sonrió la fortuna y le ayudaron sus relaciones familiares.
Gracias a ello fue concentrando en sus manos el territorio comprendido entre el río Pisuerga y el condado de Pallás; un amplio dominio que nunca constituyó una unidad autónoma, pues en él se diferenciaban claramente una serie de entidades regionales que sólo tenían en común estar bajo el señorío de un mismo soberano.
miércoles, 27 de agosto de 2014
Aragón, Marca Superior de al-Andalus
En el valle del Ebro los musulmanes apenas encontraron resistencia. Tras el impacto sorpresa de los primeros momentos, los restos de la nobleza goda comenzaron a reorganizarse, aliándose con sus antiguos enemigos de las montañas del norte. Por ello, los musulmanes se vieron en la necesidad de crear tres grandes delimitaciones fronterizas, denominadas Marcas. El actual Aragón quedó englobado en la Marca Superior de al -Andalus. Esta marca comprendía, además de Aragón, los distritos de las ciudades de Lérida, Tarragona, Tortosa, Tudela y Calahorra.
Pocos años después de la conquista quedaron claramente delimitados los tres territorios: el norte perinaico, que fue sometido; y la zona central del valle del Ebro y el Sistema Ibérico, que fue ocupada. De ahí la gran diferencia histórica entre ambas. Mientras el sur y el centro del actual Aragón se islamizaron muy deprisa, el norte tendió a independizase y allí surgieron los primeros núcleos de resistencia al Islam, en los que se reafirmó el cristianismo en un intento de agudizar diferencias entre unos y otros.
Pronto llegaron inmigrantes musulmanes para instalarse en los territorios conquistados en Aragón. Quizá por se una zona peligrosa y de frontera, la mayor parte de estos emigrantes eran de estirpe árabe. No obstante, la mayoría de la población era muladí, nombre que recibieron los indígenas recién convertidos al Islam.
Pocos años después de la conquista quedaron claramente delimitados los tres territorios: el norte perinaico, que fue sometido; y la zona central del valle del Ebro y el Sistema Ibérico, que fue ocupada. De ahí la gran diferencia histórica entre ambas. Mientras el sur y el centro del actual Aragón se islamizaron muy deprisa, el norte tendió a independizase y allí surgieron los primeros núcleos de resistencia al Islam, en los que se reafirmó el cristianismo en un intento de agudizar diferencias entre unos y otros.
Pronto llegaron inmigrantes musulmanes para instalarse en los territorios conquistados en Aragón. Quizá por se una zona peligrosa y de frontera, la mayor parte de estos emigrantes eran de estirpe árabe. No obstante, la mayoría de la población era muladí, nombre que recibieron los indígenas recién convertidos al Islam.
martes, 26 de agosto de 2014
La Edad de oro del judaísmo aragonés y la reacción antijudía
Judería de Borja |
El reinado del Pedro el Grande, antes de que se viera obligado a suscribir el Privilegio General de la Unión, constituyó la Edad de Oro del judaísmo aragonés. Y lo fue de tal modo que se produjo un hecho irrepetible: la participación judía en el servicio directo y personalísimo del monarca y su intervención en la magna tarea de regir los destinos del Estado.
El declinar de esta fase expansiva comenzó con la reacción antijudía producida como rechazo a la política exterior de Pedro III, ya que se consideraba a los judíos fieles agentes de la realeza. En 1283 marcó el momento en que los judíos fueron desposeídos de los cargos públicos con poder sobre los cristianos. Todo ello, unido a una política impositiva cada vez más asfixiante sobre unos recursos limitados, obligó a tomar medidas de exoneración parcial de impuestos y a prohibir la emigración del reino.
A lo largo del reinado de Jaime II (1291-1327) se establecieron pautas políticas que permanecieron en vigor en los siglos sucesivos: ropajes con señales distintivas, reglamentación del préstamo usuario e intensificación de las campañas catequizadoras. Sin embargo, algunos sucesos, como la propagación de rumores sobre crímenes rituales empezaron a proyectar sus sombras. Además, buena parte de los judíos expulsados de Francia atravesaron los Pirineos en 1306 y desataron los recelos de una Inquisición que se fortalecía día a día. Por si todo ello fuera poco, los pastorelli (un movimiento de baja extracción social proveniente de Francia) se dedicaron al saqueo y aniquilación de las juderías de Montclús y Jaca en 1320, con el pretexto de liberar la Granada irredenta.
Ante esta situación, Pedro IV desarrolló una política regeneracionista con el fin de restaurar el poder tributario de sus vasallos a cambio de adoptar medidas para estabilizar la lucha interna que se había desatado. De ahí los intentos estériles por crear un alto comisariado para asuntos judíos. En 1354 se celebró un encuentro para crear una especie de confederación. El proyecto fracasó, pero la reunión permitió a los congregados expresar sus quejas.
La Peste Negra propagada en 1348 produjo cuantiosas pérdidas demográficas. Llegó a crear problemas de entidad, como las sucesiones intestadas o la ausencia de dirigentes aptos para las tareas de gobierno, lo que posibilitó la ascensión de las clases inferiores al poder. La turbación desencadenó nuevas violencias, que obligaron a los judíos oscenses y montisonenses a guarecerse dentro de sus murallas.
En la fachada occidental del reino, la Guerra de los dos Pedros castigó las juderías fronterizas de Tarazona, Borja, Calatayud, Albarracín y Teruel. Tan sólo Daroca interpuso sus bastiones al avance castellano. El caserío hebrico turiasonense y bilbilitano fue pasto de las llamas, y sus respectivas sinagogas tuvieron que ser reconstruidas en la década de los setenta.
lunes, 25 de agosto de 2014
La extinción y los exilios
En el contexto de la consolidación del Estado Moderno, uno de cuyos postulados era la uniformidad de las creencias, se firmó, el 31 de marzo de 1492, el Edicto de Expulsión, con que se ponía fin a la presencia del judaísmo actual España. Oficialmente (que no realmente) se les imputaban los delitos de poselitismo y el ejercicio de la usura desmedida.
Disponían de tres meses para partir o bautizarse. Para asegurar el cobro de los acreedores se colocaron guardas en las juderías y se inmovilizaron e inventariaron sus patrimonios. Los acreedores se dividieron en dos grupos: individuales y colectivos (el municipio, la iglesia, los suscriptores de censales). Estos últimos habían de ser satisfechos con inmuebles y créditos exigibles, mientras que los primeros debían contentarse con los bienes restantes.
El rey exigió un tratamiento prioritario. Se obligó a los judíos a la redención de los impuestos ordinarios (pecha, cena de ausencia y presencia, lezda y caballerías) y extraordinarios (maravedí, maridaje, coronaje y usura), a razón de un 4-5% de interés. su redención se lograba a través del embargo de los créditos de las familias más acaudaladas, metales preciosos y viviendas. Los poderes públicos lucharon para que las juderías, que pasaron en su inmensa mayoría a manos de los concejos, cobraran nuevo dinamismo mediante incentivos fiscales, traslados forzosos o reformas urbanísticas.
Los itinerarios seguidos por los expulsos (custodiados por Martín de Gurrea) los condujeron a Navarra y a los puertos mediterráneos. Los judíos de Huesca, Jaca, Ejea, Monzón, Biel y Tamarite salieron por Tarragona; los de Zaragoza, Fuentes, Calatayud, Almonacid, Arándiga, Quinto, Illueca y Alagón por tortosa, y los de Ariza, Epila, Daroca, Albarración, Huesa, Belchite y Teruel por Sagunto.
Dos fueron los destinos definitivos. Uno transitorio, en le reino navarro; y otro, llamado a ser permanente, en torno a las riberas bañadas por el Mediterráneo: Marsella, Italia (Nápoles, Génova, Ferrara, Roma); y el Magreb (Tripoli, Tunis, Bugía) y Palestina.
Fernando II instruyó medidas para fomentar las conversiones: religiosas (proselitismo doctrinal), coercitivas (reclusión de rabinos, decomisación de libros litúrgicos, incomunicación), socio-familiares, jurídicas (estatus) y económicas (devolución de los bienes). De los 8.000-9.000 judíos aragoneses, emigraron 5.000 y 6.000 de los cuales retornó un porcentaje indeterminado en el periodo comprendido entre 1492 y 1499.
Disponían de tres meses para partir o bautizarse. Para asegurar el cobro de los acreedores se colocaron guardas en las juderías y se inmovilizaron e inventariaron sus patrimonios. Los acreedores se dividieron en dos grupos: individuales y colectivos (el municipio, la iglesia, los suscriptores de censales). Estos últimos habían de ser satisfechos con inmuebles y créditos exigibles, mientras que los primeros debían contentarse con los bienes restantes.
El rey exigió un tratamiento prioritario. Se obligó a los judíos a la redención de los impuestos ordinarios (pecha, cena de ausencia y presencia, lezda y caballerías) y extraordinarios (maravedí, maridaje, coronaje y usura), a razón de un 4-5% de interés. su redención se lograba a través del embargo de los créditos de las familias más acaudaladas, metales preciosos y viviendas. Los poderes públicos lucharon para que las juderías, que pasaron en su inmensa mayoría a manos de los concejos, cobraran nuevo dinamismo mediante incentivos fiscales, traslados forzosos o reformas urbanísticas.
Los itinerarios seguidos por los expulsos (custodiados por Martín de Gurrea) los condujeron a Navarra y a los puertos mediterráneos. Los judíos de Huesca, Jaca, Ejea, Monzón, Biel y Tamarite salieron por Tarragona; los de Zaragoza, Fuentes, Calatayud, Almonacid, Arándiga, Quinto, Illueca y Alagón por tortosa, y los de Ariza, Epila, Daroca, Albarración, Huesa, Belchite y Teruel por Sagunto.
Dos fueron los destinos definitivos. Uno transitorio, en le reino navarro; y otro, llamado a ser permanente, en torno a las riberas bañadas por el Mediterráneo: Marsella, Italia (Nápoles, Génova, Ferrara, Roma); y el Magreb (Tripoli, Tunis, Bugía) y Palestina.
Fernando II instruyó medidas para fomentar las conversiones: religiosas (proselitismo doctrinal), coercitivas (reclusión de rabinos, decomisación de libros litúrgicos, incomunicación), socio-familiares, jurídicas (estatus) y económicas (devolución de los bienes). De los 8.000-9.000 judíos aragoneses, emigraron 5.000 y 6.000 de los cuales retornó un porcentaje indeterminado en el periodo comprendido entre 1492 y 1499.
jueves, 21 de agosto de 2014
La aljafería, obra maestra del arte taifal
La actividad urbanística fue pareja a un intenso desarrollo de la arquitectura. De entre todos los monumentos islámicos de Aragón, el más notable es el Palacio de la Aljafería, sin duda el edificio musulmán más importante de todo Occidente en siglo XI. sus orígenes radican en un gran torreón, conocido como del Trovador, que se rodeó de un recinto con torreones ultrasemicirculares en sillares de alabastro en el siglo X, imitando las murallas romanas de Zaragoza.
Pero lo más notable de la Aljafería es el palacio que en su interior mandó construir el rey al-Muqtadir, llamado Abu Ya´far, de donde tomó su nombre la Aljafería. Este monarca, mecenas de las artes y de las letras, ordenó la construcción de un palacio que causara asombro al visitante y fuera a la vez marco idóneo para los poetas, científicos y filósofos que se concentraron en su corte de Zaragoza.
Al-Muqtadir construyó este magnífico palacio basándose en una estructura de patios y pabellones anexos. El ahora llamado patio de Santa Isabel era el que articulaba todo el espacio como lugar central. Estaba orientado en sentido norte sur y tenía dos pórticos, el sur se componía mediante pilastras y arcos mixtilíneos y el norte daba acceso a la zona de recepciones y a las habitaciones privadas del monarca.
En la construcción de este palacio se usaron materiales muy diversos: tapial para los muros, ladrillo para los arcos, yeso para las decoraciones, alabastro para los zócalos y capiteles y hasta mármol de Carrara para pavimentos y columnas.
miércoles, 20 de agosto de 2014
Las poesías de Marcial
Marcial fuente: wikipedia |
Nació en Bilbilis hacia el 38-41 después de Cristo y en el 64 se dirigió a Roma en busca de fortuna. Allí frecuentó los círculos literarios más importantes y trabó amistad con Quintiliano de Calagurris, Juvenal y Plinio el Joven.
Durante varios años gozó de gran popularidad merced a sus "Epigramas", poemas satíricos en los que fustigó los vicios y costumbres de la Roma de sus días. Su proximidad a Domiciano le situó en una difícil situación al subir al trono sus antagonistas Nerva y Trajano que impusieron un estilo de vida más austero en la ciudad. No consiguió ganarse su simpatía y, desanimado por las dificultades a las que debía enfrentarse a sus cincuenta años, decidió regresar a su tierra natal.
Fue su amigo Plinio quien le costeó el viaje de regreso a Hispania en el año 98 d.C. Hasta su muerte en el 102 o 103 vivió en Bilbilis
jueves, 14 de agosto de 2014
Musa ibn Musa
De entre todos los musulmanes de la Marca Superior de al-Andalus, quizá sea Musa ibn Musa, descendiente de muladíes (cristianos convertidos al islam) el más significativo.
Musa ibn Musa es el personaje más importante de la poderosa familia de los Banu Qasi, herederos de un tal Casius, gran propietario de tierras de la zona de Ejea y Borja en los últimos tiempos del dominio godo y que se convirtió rápidamente al Islam conservando todas sus propiedades.
Nació hacia el año 800 y murió en el 862. Hijo de la navarra Onneca, hija del Jimeno de Pamplona (fundador de la dinastía que gobernó el reino de Pamplona durante un siglo) y de Musa ibn Fortún, principal representante de la familia Banu Qasi.
Reunía la herencia de las dos familias más poderosas, una cristiana y otra musulmana, de los territorios ubicados entre el Ebro y Pamplona. Para fortalecer este pacto entre los Banu Qasi y los pamploneses, se casó con Assona, hija del rey Iñigo Arista de Pamplona y hermana del futuro rey García Iñiguez. De este matrimonio tuvo cuatro hijos (Lubb, Mutarrif, Fortún e Isma´il) y una hija (Oria).
Pronto adquirió una gran relevancia y fue nombrado gobernador de Tudela, una de las ciudades más importantes de la Marca Superior. Su carácter indomable y rebelde provocó en algunas ocasiones la ruptura con el poder de los emires cordobeses, lo que no impidió que fuera confirmado en su cargo varias veces.
Fue un gran caudillo militar y alcanzó un poder y una fama enormes. Llegó a convertirse en una verdadera leyenda para los musulmanes españoles, hasta tal punto que fue llamado "el tercer rey de España".
Muerto en una campaña en Guadalajara en el año 862, su fama creció aún más fomentada por el prestigio de sus hijos, que extendieron el poder de los Banu Qasi hasta dominar buena parte de la Marca Superior y craron en sus dominios un verdadero estado autónomo.
Musa ibn Musa es el personaje más importante de la poderosa familia de los Banu Qasi, herederos de un tal Casius, gran propietario de tierras de la zona de Ejea y Borja en los últimos tiempos del dominio godo y que se convirtió rápidamente al Islam conservando todas sus propiedades.
Nació hacia el año 800 y murió en el 862. Hijo de la navarra Onneca, hija del Jimeno de Pamplona (fundador de la dinastía que gobernó el reino de Pamplona durante un siglo) y de Musa ibn Fortún, principal representante de la familia Banu Qasi.
Reunía la herencia de las dos familias más poderosas, una cristiana y otra musulmana, de los territorios ubicados entre el Ebro y Pamplona. Para fortalecer este pacto entre los Banu Qasi y los pamploneses, se casó con Assona, hija del rey Iñigo Arista de Pamplona y hermana del futuro rey García Iñiguez. De este matrimonio tuvo cuatro hijos (Lubb, Mutarrif, Fortún e Isma´il) y una hija (Oria).
Pronto adquirió una gran relevancia y fue nombrado gobernador de Tudela, una de las ciudades más importantes de la Marca Superior. Su carácter indomable y rebelde provocó en algunas ocasiones la ruptura con el poder de los emires cordobeses, lo que no impidió que fuera confirmado en su cargo varias veces.
Fue un gran caudillo militar y alcanzó un poder y una fama enormes. Llegó a convertirse en una verdadera leyenda para los musulmanes españoles, hasta tal punto que fue llamado "el tercer rey de España".
Muerto en una campaña en Guadalajara en el año 862, su fama creció aún más fomentada por el prestigio de sus hijos, que extendieron el poder de los Banu Qasi hasta dominar buena parte de la Marca Superior y craron en sus dominios un verdadero estado autónomo.
sábado, 9 de agosto de 2014
Alfonso I reconquista Aragón
En la penúltima década del siglo XI se instaló en tierras de la taifa de Zaragoza Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Este caballero, lugarteniente del rey Sancho II de Castilla, tuvo que dejar su tierra al suceder a este monarca su hermano Alfonso VI con quien se enemistó el Cid.
Díaz de Vivar se alió con al-Muqtadir, rey musulmán de Zaragoza, al cual ayudó en algunas de sus luchas contra los cristianos. Desde Aragón conquistó Valencia, den donde se estableció como señor desde 1094 hasta su muerte en 1099.
Tras la muerte de al-Muqtadir, l, la taifa de Zaragoza cayó en una decadencia que ninguno de sus tres últimos monarcas pudieron evitar.
La segunda taifa que se creó sobre tierras aragonesas fue la de Albarracín. Allí, la familia beréber de los Banu Razin se hizo fuerte y desde comienzos del siglo XI consiguieron establecer un reine idependiente al abrigo de la protección natural del abrupto territorio.
En 1104 el reino de Albarración fue conquistado por los almorávides. Tras la expulsión de éstos en 1145 la taifa de Albarración fue gobernada por reyezuelos moros de Valencia y Murcia.
La presión de los cristianos desde el norte se fue haciendo más intensa a lo largo del siglo XI. En ocasiones los reinos taifas se vieron obligados a realizar pagos en oro y plata a los reyes cristianos con el fin de evitar sus ataques, aunque acabó siendo la ruina para las familias musulmanas y les convirtió en presa fácil.
A causa de esta debilidad, los reinos de taifas fueron conquistados por los almorávides a principios del siglo XÏI. En 1110 Zaragoza cayó en sus manos, fue depuesta la dinastía de los Banu Hud y nombrado Muhammad ibn al-Havy como gobernador de la ciudad.
En la primavera de 1118 un ejército compuesto por aragoneses y gentes del sur de Francia sitió Zaragoza que se entró al rey de Aragón el 18 de diciembre de 1118. Alfonso I concedió a los musulmanes unas capitulaciones muy honrosas (se les permitía vender libremente su patrimonio, mantener sus leyes y oficiales y quedarse a vivir en los arrabales de la ciudad).
Zaragoza volvía a ser, después de 400 años, una ciudad cristiana. El dominio de los musulmanes en Aragón contemplaba el principio de su fin, que culminaría con la incorporación de todas las tierras turolenses a lo largo del siglo XII.
Los musulmanes estuvieron presentes en Aragón durante 900 años, entre el 714 y 1610. De esos nueve siglos, cuatro fueron como dominadores y cinco como dominados. Tanto en una como en otra situación la presencia islámica aportó una serie de elementos que han perdurado en muchos casos hasta nuestros días.
Díaz de Vivar se alió con al-Muqtadir, rey musulmán de Zaragoza, al cual ayudó en algunas de sus luchas contra los cristianos. Desde Aragón conquistó Valencia, den donde se estableció como señor desde 1094 hasta su muerte en 1099.
Tras la muerte de al-Muqtadir, l, la taifa de Zaragoza cayó en una decadencia que ninguno de sus tres últimos monarcas pudieron evitar.
La segunda taifa que se creó sobre tierras aragonesas fue la de Albarracín. Allí, la familia beréber de los Banu Razin se hizo fuerte y desde comienzos del siglo XI consiguieron establecer un reine idependiente al abrigo de la protección natural del abrupto territorio.
En 1104 el reino de Albarración fue conquistado por los almorávides. Tras la expulsión de éstos en 1145 la taifa de Albarración fue gobernada por reyezuelos moros de Valencia y Murcia.
La presión de los cristianos desde el norte se fue haciendo más intensa a lo largo del siglo XI. En ocasiones los reinos taifas se vieron obligados a realizar pagos en oro y plata a los reyes cristianos con el fin de evitar sus ataques, aunque acabó siendo la ruina para las familias musulmanas y les convirtió en presa fácil.
A causa de esta debilidad, los reinos de taifas fueron conquistados por los almorávides a principios del siglo XÏI. En 1110 Zaragoza cayó en sus manos, fue depuesta la dinastía de los Banu Hud y nombrado Muhammad ibn al-Havy como gobernador de la ciudad.
En la primavera de 1118 un ejército compuesto por aragoneses y gentes del sur de Francia sitió Zaragoza que se entró al rey de Aragón el 18 de diciembre de 1118. Alfonso I concedió a los musulmanes unas capitulaciones muy honrosas (se les permitía vender libremente su patrimonio, mantener sus leyes y oficiales y quedarse a vivir en los arrabales de la ciudad).
Zaragoza volvía a ser, después de 400 años, una ciudad cristiana. El dominio de los musulmanes en Aragón contemplaba el principio de su fin, que culminaría con la incorporación de todas las tierras turolenses a lo largo del siglo XII.
Los musulmanes estuvieron presentes en Aragón durante 900 años, entre el 714 y 1610. De esos nueve siglos, cuatro fueron como dominadores y cinco como dominados. Tanto en una como en otra situación la presencia islámica aportó una serie de elementos que han perdurado en muchos casos hasta nuestros días.
jueves, 7 de agosto de 2014
miércoles, 6 de agosto de 2014
Alfonso II
Primer soberano de la Corona de Aragón, Alfonso II el Casto fue rey de Aragón y conde de Barcelona desde 1162, marqués de Pontevedra (1166) y conde del Rosellón (1172).
Presidió en Zaragoza las primeras Cortes aragonesas documentadas y con asistencia de las burguesías urbanas (1164). Sus intereses transpirenaicos le enfrentaron con Navarra y Francia.
Se casó con Sancha (1174), hija de Alfonso VIII de Castilla, de la que tuvo a Pedro II y a Constanza, luego reina de Hungría. con el castellano firmó el Tratado de Cazola (Soria), en que Aragón adquiriría el derecho a conquistar el Levante islámico hasta Biar, reconociendo a Castilla los derechos sobre Murcia.
Conquistó, entre otras, Valderrobres, Gandesa, Orta, Ulldecona y Teruel, a la que dio fuero. Murió en Perpiñan en 1196
Presidió en Zaragoza las primeras Cortes aragonesas documentadas y con asistencia de las burguesías urbanas (1164). Sus intereses transpirenaicos le enfrentaron con Navarra y Francia.
Se casó con Sancha (1174), hija de Alfonso VIII de Castilla, de la que tuvo a Pedro II y a Constanza, luego reina de Hungría. con el castellano firmó el Tratado de Cazola (Soria), en que Aragón adquiriría el derecho a conquistar el Levante islámico hasta Biar, reconociendo a Castilla los derechos sobre Murcia.
Conquistó, entre otras, Valderrobres, Gandesa, Orta, Ulldecona y Teruel, a la que dio fuero. Murió en Perpiñan en 1196
martes, 5 de agosto de 2014
Ramiro II el Monje
Hermano del Alfonso I el Batallador, monje en San Ponce de Tomeras (Francia), fue proclamado rey por los aragoneses. Los navarros decidieron separarse. Las Ordenes Militares exigían la ejecución del testamento alfonsino o grandes compensaciones y muchos nobles le negaron obediencia. El famoso el escarmiento a los rebeldes ("La Campana de Huesca").
Se casó con Inés de Poitiers, con quien tuvo a Petronila. Concertó los esponsales de la niña con Ramón Berenguer IV de Barcelona, desde su matrimonio (1151) hasta su muerte (1162), príncipe de Aragón. Guardó para sí el título de rey, sólo si Ramiro y Petronila morían sin descendencia lo tomaría Ramón Berenguer.
Ramiro se retiró a San Pedro el Viejo. El Príncipe-Conde, magnífico gobernante, llamado "el Santo" conquistó Tortosa y Lérida (1148), poblado a fuero de Zaragoza, Ciurana (1149) y Miravete (1150) e intervino en Castilla en el saqueo de Almería.
A su muerte, Petronila esperó a la mayoría de edad de Alfonso, concedida a los doce años, y se retiró a Besalú.
Se casó con Inés de Poitiers, con quien tuvo a Petronila. Concertó los esponsales de la niña con Ramón Berenguer IV de Barcelona, desde su matrimonio (1151) hasta su muerte (1162), príncipe de Aragón. Guardó para sí el título de rey, sólo si Ramiro y Petronila morían sin descendencia lo tomaría Ramón Berenguer.
Ramiro se retiró a San Pedro el Viejo. El Príncipe-Conde, magnífico gobernante, llamado "el Santo" conquistó Tortosa y Lérida (1148), poblado a fuero de Zaragoza, Ciurana (1149) y Miravete (1150) e intervino en Castilla en el saqueo de Almería.
A su muerte, Petronila esperó a la mayoría de edad de Alfonso, concedida a los doce años, y se retiró a Besalú.
lunes, 4 de agosto de 2014
El trazado de la Caesaragusta romana
Por desgracia, la mayor parte de las principales ciudades romanas de la región yacen hoy bajo el suelo de sus sucesoras modernas, que ocultan su fisonomía original.
Este es el caso de Caesaragusta, Osca y Turiaso.
Se conoce bien el antiguo perimetro urbano de forma rectangular, coincidente a grandes rasgos con el Ebro y el Coso (antiguo cursus). Se conservan algunos lienzos de la muralla, particularmente junto a San Juan de los Panetes y en el convento del Santo Sepulcro. Este límite fue trazado, según el antiguo ritual etrusco, por un sacerdote que conducía un arado tirado por un toro y una vaca blancos. Dentro de él, las calles se cruzarían en ángulo recto a partir de los ejes principales: el decumano máximo, que seguiría el eje este-oeste (que representa la proyección del decurso solar) y el cardo máximo, orientado de Norte a Sur.
Lo más probable es que el decumano coincidiera con la línea que forman las calles Mayor y Manifestación, terminando al este en una puerta. El cardo podría ir desde el Tubo hasta el puente de Piedra. La ciudad constaba con una red de alcantarillas, desde la que se han localizado algunos tramos y diversos edificios públicos; de los que que el mejor conservado es el teatro romano.
Este es el caso de Caesaragusta, Osca y Turiaso.
Se conoce bien el antiguo perimetro urbano de forma rectangular, coincidente a grandes rasgos con el Ebro y el Coso (antiguo cursus). Se conservan algunos lienzos de la muralla, particularmente junto a San Juan de los Panetes y en el convento del Santo Sepulcro. Este límite fue trazado, según el antiguo ritual etrusco, por un sacerdote que conducía un arado tirado por un toro y una vaca blancos. Dentro de él, las calles se cruzarían en ángulo recto a partir de los ejes principales: el decumano máximo, que seguiría el eje este-oeste (que representa la proyección del decurso solar) y el cardo máximo, orientado de Norte a Sur.
Lo más probable es que el decumano coincidiera con la línea que forman las calles Mayor y Manifestación, terminando al este en una puerta. El cardo podría ir desde el Tubo hasta el puente de Piedra. La ciudad constaba con una red de alcantarillas, desde la que se han localizado algunos tramos y diversos edificios públicos; de los que que el mejor conservado es el teatro romano.
domingo, 3 de agosto de 2014
Alfonso I
Hermanastro de Pedro I, Alfonso I El batallador era fruto del segundo matrimonio de Sancho Ramirez. Es posible que naciera en Echo y fue educado en el monasterio de San Pedro de Siresa.
Conquistó Ejea, Tauste y Tamarite de la Litera. Casado con Urraca de Castilla, de la que se separó, llegó a titularse "imperator totius Hispaniae". Conseguida en Tolouse la condición de cruzada para la campaña, consquistó hasta la entonces inexpugnable Zaragoza (1118), con ayuda de su vasallo Gastón, vizconde de Pau, experto en asedios por sus campañas en Tierra Santa, y el Valle central del Ebro, con Tudela y Tarazona. Tras la victoria de Cutanda (1120) entró el Calatayud. Hizo una incursión por Andalucia (1125) para traer mozárabes a Aragón.
Deseoso de combatir en Jerusalén, quiso adueñarse antes de una salida al mar, por Valencia o Tortosa, pero fracasó. En el asedio a Fraga fue derrotado y herido, muriendo al poco en Poleñino (1134). Legó el reino, duplicado, a las Ordenes Militares. Los aragoneses no aceptaron la decisión.
sábado, 2 de agosto de 2014
Los primeros enclaves musulmanes
Con el reino de los visigodos en plena crisis debido a las luchas por el poder, los musulmanes atraviesan el estrecho de Gibraltar en la primavera del año 711 y derrotan al ejército godo. En apenas cuatro años conquistan toda la Península. En la primavera del 714 penetran en el valle del Ebro tras haber sometido Sevilla, Córdoba y Toledo.
En Aragón, los musulmanes se instalan en primer lugar en las ciudades de Tarazona, Huesca y Zaragoza, las tres viejas sedes episcopales visigodas. La presencia musulmana se consolidará gracias a la debilidad de los godos, la complicidad de los judíos y la alianza de algunos notables terratenientes que se convertirán al Islam para mantener sus propiedades. Estos arabizaron su nombre romano, como ocurrió con el poderoso Casius, que pasó a llamarse Qasi y dió origen a la influyente familia de los Banu Qasi, que durante muchos años ejerció un poder absoluto sobre las tierras de Borja, Tudela y Ejea.
El Islam, en cuanto a religión, no se impuso a la fuerza. Para aquellos que los musulmanes denominaban "gentes del libro", es decir, judíos y cristianos, había una doble alternativa, o convertirse al Islam o someterse. Dadas las grandes ventajas que suponía la conversión, la mayor parte de los habitantes de las ciudades y aldeas del valle del Ebro adoptó el islam como religión y se convirtió en musulmana. Una minoría prefirió mantener su religión cristiana, y fueron llamados mozárabes.
Entre los años 714 y 721 todo el actual territorio aragonés quedó englobado en el Imperio islámico; el avance musulmán siguió hacia el norte y no se detuvo hasta que los ejércitos francos derrotaron a los seguidores del profeta Mahoma cerca de la ciudad francesa de Poitiers, en el año 732. Para entonces, todo el sur de Francia, con las ciudades de Narbona, Tolouse y Lión, estaban en poder del Islam.
En Aragón, los musulmanes se instalan en primer lugar en las ciudades de Tarazona, Huesca y Zaragoza, las tres viejas sedes episcopales visigodas. La presencia musulmana se consolidará gracias a la debilidad de los godos, la complicidad de los judíos y la alianza de algunos notables terratenientes que se convertirán al Islam para mantener sus propiedades. Estos arabizaron su nombre romano, como ocurrió con el poderoso Casius, que pasó a llamarse Qasi y dió origen a la influyente familia de los Banu Qasi, que durante muchos años ejerció un poder absoluto sobre las tierras de Borja, Tudela y Ejea.
El Islam, en cuanto a religión, no se impuso a la fuerza. Para aquellos que los musulmanes denominaban "gentes del libro", es decir, judíos y cristianos, había una doble alternativa, o convertirse al Islam o someterse. Dadas las grandes ventajas que suponía la conversión, la mayor parte de los habitantes de las ciudades y aldeas del valle del Ebro adoptó el islam como religión y se convirtió en musulmana. Una minoría prefirió mantener su religión cristiana, y fueron llamados mozárabes.
Entre los años 714 y 721 todo el actual territorio aragonés quedó englobado en el Imperio islámico; el avance musulmán siguió hacia el norte y no se detuvo hasta que los ejércitos francos derrotaron a los seguidores del profeta Mahoma cerca de la ciudad francesa de Poitiers, en el año 732. Para entonces, todo el sur de Francia, con las ciudades de Narbona, Tolouse y Lión, estaban en poder del Islam.
viernes, 1 de agosto de 2014
Pedro I
wikipedia |
Desde Naval, Monzón, Loarre y Montearagón logró la toma de Huesca con la batalla de Alcoraz (1096), en la que la tradición sitúa la ayuda de San Jorge a las armas aragonesas. fue la primera gran batalla campal de la Reconquista. Conquistó por segunda vez Barbastro (1100) y diversas plazas del Cinca, que luego se perdieron, llegando hasta Sariñena.
Insistió en las campañas de expansión hacia el sur y estableció junto a Zaragoza una avanzada (1101) a la que denominó Juslibol ("Deus o vol", Dios lo quiere), muestra de que Aragón participaba en el espíritu de las cruzadas.
De regreso a Huesca tomó, entre otras, la plaza de Bolea, que fortificó. Cooperó con el Cid en sus acciones valencianas y le dio por yerno a su hijo Pedro.
Murió durante una expedición al valle de Arán (septiembre de 1104)
jueves, 31 de julio de 2014
Arte Visigodo en Aragón
Villa Fortunatus |
Los restos arquitectónicos conservados en Aragón son escasos. La basílica Villa Fortunatus tiene planta de cruz latina y crucero o transepto. En la cabecera presenta ábside rectangular y semicircular por el interior. Se trata de una planta en cruz, enmarcada por un rectángulo sin que sobresalgan del mismo los brazos del crucero. Se puede fechar en el siglo VI.
Entre las piezas de ajuar que se han encontrado de este periodo destacan los broches aquliformes decorados con pasta vitrea de Zaragoza y del Cerro de Bambola (Calatayud); y los de perfil liriforme procedentes de Borja, Illescas y Orihuela del Tremedal.
Se conocen pendientes, zarcillos y sortijas de Zaragoza, la Tranquera y Sena y dos jarros litúrgicos de las zonas de Daroca y Bajo Aragón.
miércoles, 30 de julio de 2014
Ramiro I
Hijo del navarro Sancho Garcés III "El Mayor", rey de Pamplona. Hereda en 1035, como hijo menor, el antiguo Condado de Aragón (territorios de Jaca, Ansó y Echo) con título de plena soberanía, pero sin usar el título de rey. Sus hermanos fueron García III de Navarra, Fernando I de Castilla y Gonzalo de Sobrarbe y Ribagorza. Los pasos del Pirineo Central, con sus peajes, fueron la principal base económica de su política inicial.
Conquistó de Gracía Sos, Uncastillo, Luesia y Biel. Incorporó los territorios de Gonzalo a la muerte de éste (¿1044?) y llegó a hacerse denominar "rey de Aragón, Sobrarbre y Ribagorza". Al tiempo que se debilitaba el Islam en al-Andalus, incorporó Artieda, Sigües y Ruesta, conquistó Benabarre, que era suya ya en 1062 y murió en la fracasada toma de Graus (el 8 de marzo de 1064).
Barbastro fue conquistada por su yerno y alidado, el conde Ermenengol III de Urgel, que la entregó a la soberanía de su cuñado, el nuevo rey Sancho Ramirez.
martes, 29 de julio de 2014
San Braulio, el obispo de Zaragoza
Braulio (631-651) fue la personalidad más eminente en el panorama político, religioso y cultural de la Zaragoza visigoda.
Pertenecía a una poderosa familia hispanoromana. Hasta el siglo XVIII su poyección histórica no excedía los límites aragoneses ni los niveles de importancia que se podían reconocer a un obispo local canonizado en el siglo XIII.
El descubrimiento de su Epistolario en los archivos de la catedral de León reveló su verdadera significación, no sólo por el contenido de la correspondencia, sino también por los destinatarios de las cartas, entre los que se incluían reyes. En el plano político-religioso, fue consejero en asuntos internos del reino de los monarcas Chindasvinto y Recesvinto. Este último llegó a encomendarle la corrección de su "Liber ludicum" o código legal. Influyó en la silla episcopal toledana, a la que se había elevado uno de sus discípulos, Eugenio. Intervino activamente en la reuniones episcopales de esta ciudad, e incluso es probable que redactara los cánones del VI Concilio de Toledo. FUe elegido por los padres de esta asamblea para dirigirse a Honorio I, obispo de Roma, en defensa del celo ortodoxo de los prelados hispanos.
Braulio escribió varios opúsculos, entre los que sobresale su "Vida de San Emiliano", pero su verdadera aportación a la historia de la cultura deriva de la intensa vida intelectual que desarrollo la ciudad bajo su égida, con centro en la biblioteca episcopal que quizá llegó a contar con más de 4510 volúmenes.
Braulio promovió una labor sin igual para reunir y copora los principales textos en saber antiguo que aproximan las tareas desarrolladas en el "scriptorium" episcopal a las del trabajo de crítica y edición. El legado cultural visigodo depende sin duda de la contribución de Braulio.
Pertenecía a una poderosa familia hispanoromana. Hasta el siglo XVIII su poyección histórica no excedía los límites aragoneses ni los niveles de importancia que se podían reconocer a un obispo local canonizado en el siglo XIII.
El descubrimiento de su Epistolario en los archivos de la catedral de León reveló su verdadera significación, no sólo por el contenido de la correspondencia, sino también por los destinatarios de las cartas, entre los que se incluían reyes. En el plano político-religioso, fue consejero en asuntos internos del reino de los monarcas Chindasvinto y Recesvinto. Este último llegó a encomendarle la corrección de su "Liber ludicum" o código legal. Influyó en la silla episcopal toledana, a la que se había elevado uno de sus discípulos, Eugenio. Intervino activamente en la reuniones episcopales de esta ciudad, e incluso es probable que redactara los cánones del VI Concilio de Toledo. FUe elegido por los padres de esta asamblea para dirigirse a Honorio I, obispo de Roma, en defensa del celo ortodoxo de los prelados hispanos.
Braulio escribió varios opúsculos, entre los que sobresale su "Vida de San Emiliano", pero su verdadera aportación a la historia de la cultura deriva de la intensa vida intelectual que desarrollo la ciudad bajo su égida, con centro en la biblioteca episcopal que quizá llegó a contar con más de 4510 volúmenes.
Braulio promovió una labor sin igual para reunir y copora los principales textos en saber antiguo que aproximan las tareas desarrolladas en el "scriptorium" episcopal a las del trabajo de crítica y edición. El legado cultural visigodo depende sin duda de la contribución de Braulio.
lunes, 28 de julio de 2014
Mosaicos romanos en Aragón
El mosaico se puede considerar como uno de los objetos más característicos de la cultura romana, muy bien representado a través de los restos conservados e íntimamente ligado a la arquitectura y pintura.
En sentido estricto, por mosaico entendemos la decoración de una superficie artquitectónica (pavimento, pared, techo) por medio de trocitos de roca, cerámica o pasta vítrea de diversos colores y forma cúbica, fijados a una capa de mortero cuya superficie puede estar decorada con rpresentaciones geométricas o figuradas.
En el tránsito del siglo II al III, los pavimentos más importantes proceden de Zaragoza, concretamente los hallados en la antigua calle de La Zuda, con la representación de Orfeo y de un sátiro con dos amorcillos.
En sentido estricto, por mosaico entendemos la decoración de una superficie artquitectónica (pavimento, pared, techo) por medio de trocitos de roca, cerámica o pasta vítrea de diversos colores y forma cúbica, fijados a una capa de mortero cuya superficie puede estar decorada con rpresentaciones geométricas o figuradas.
En el tránsito del siglo II al III, los pavimentos más importantes proceden de Zaragoza, concretamente los hallados en la antigua calle de La Zuda, con la representación de Orfeo y de un sátiro con dos amorcillos.
domingo, 27 de julio de 2014
Los visigodos
www.aragonesasi.com |
Entre los siglos III y VIII d.C. se produce la lenta sustitución del poder romano por el visigodo en Aragón, que así deja de formar parte de un imperio para pasar a depender de la monarquía visigoda de Toledo.
El proceso de cambio se vio acompañado de conflictos sociales bajo las formas de la rebeldía antirromana de los bagaudas (esclavos urbanos, ciudadanos arruinados y campesinos depauperados), primero, y de la resistencia antigoda mantenida por la aristocracia hispano-romana, después.
Las luchas políticas, de un lado entre visigodos y francos por el control de la Septimania, de otro en el seno de la nobleza goda por la consecución del trono, hicieron del Valle medio del Ebro el escenario de sucesivos enfrentamientos, en el transcurso de los cuales Zaragoza experimentó sus primeros sitios.
sábado, 26 de julio de 2014
Ilergetes y sedetanos, pueblos ibéricos del Ebro
Dos son los grandes pueblos ibéricos que ocuparon los territorios de Aragón; los ilergetes occidentales y los sedetanos. Los ilergavones se centraron en la porción más oriental del valle.
El resto del territorio corresponde a la Celtiberia Citerior y a los pueblos de raigambre céltica, como los suesetanos o los montañeses jacetanos, emparentados con los aquitanos del otro lado de los Pirineos.
Los ilergetes
Los ilergetes ocuparon buena parte de la provincia de Huesca, según evidencian sus ciudades más representativas: Osca (Huesca), Burtina (Almudévar) y Celse (Velilla de Ebro). Su capital estuvo en Ilerda (Lérida).
Este avance se produjo en un momento tardío y supuso el desplazamiento de otros pueblos, como los sedetanos, que al comienzo de su historia ocupaban territorios al norte del Ebro. Dicha extensión fue consolidada tras los violentos episodios de conquista romana del siglo II antes de Cristo y el sometimiento de los régulos Indibil y Mandonio.
Dentro de dicho territorio, los bolscanos u olscanos (de Huesca) tienen evidente personalidad, situados sobre un importante sustrato indoeuropeo que la arqueología va desvelando paulatinamente.
Los sedetanos
Los sedetanos ocupaban a finales del siglo III antes de Cristo las tierras al norte del Ebro, pero más tarde la Sedetania viene definida por la nómina de ciudades que le pertenecieron.
Sus limites se situaban en consecuencia en el desierto monegrino hasta la sierra de alcubierre, acababan en el oeste en la cuenca del río Aguas Vivas, al sur en la divisoria de aguas de la cuenca del Ebro, y al este en el Matarraña, frontera ilergavona. Sus centros principales fueron Bernava (entre Lexus y Azuara), Ebora, (La Puebla de Hijar) y Lassira (Lécera).
Acuñaron moneda las cecas de Sedeiscen (la capital, tal vez por Sástago), Lagine (quizás Fuentes de Ebro), Ildugoite (por Oliete), Orosis y Salduie, en la frontra con los celtíberos.
viernes, 25 de julio de 2014
La Prehistoria en Aragón
Wikipedia |
Paleolítico
Los aragoneses más antiguos se sitúan temporalmente en el Paleolítico inferior. Eran cazadores y recolectores, seminómadas que habitaban en las terrazas de de los ríos e iniciaban la fabricación de utensilios primitivos. Una de sus primeras conquistas fue el dominio del fuego, que más tarde, en el Paleolítico superior, les permitiría calentarse en las cuevas e iniciar una vida organizada del grupo. Es en este periodo cuando los hombres empiezan a manifestarse a través del arte. Buen exponente de ello son los hallazgos en la cueva de la Fuente del Trucho (Huesca), donde figuran representaciones de caballos pintados en rojo, manos en rojo y negro y puntos dispuestos en un orden rítmico y misterioso. Es prácticamente la única muestra del arte paleolítico aragonés.
cazadores-recolectores.blogspot.com.es |
Epipaleolítico
Hacia el año 10.000 se produjo en toda Europa una crisis derivada de la retirada de los hielos paleolíticos por el cambio de temperatura. Desaparecieron las técnicas de finísima talla de la piedra que habían alcanzado su culmen en el solutrense y disminuyó progresivamente el tamaño de los útiles que llegan a ser llamados microlitos.
Aparecen los primeros testimonios específicos de que la gente que poblaba Aragón y la península. El arte que se ha conservado muestra mujeres con enormes atributos sexuales y faldas acampanadas, arqueros con el cuerpo pintado o tatuado con trazos horizontales y la fauna: toros, ciervos, cabras, caballos y jabalíes.
Neolítico
A partir de esta época el hombre empieza a cultivar sus alimentos y domará animales salvajes. Surge una compleja estructura social, en la que la especialización y el uso de técnicas complejas caminan de la mano.
Eneolítico-Edad del bronce
Los descubrimientos y nuevos modos de vida iniciados en el Neolítco y en el Eneolítco tomaron cuerpo en la Edad de Bronce, en la que se configuran en la Península las culturas que serían la base de las poblaciones de época histórica. El proceso no es muy distinto al de la Europa de su tiempo, pero acusa una serie de diferencias que le otorgan especial protagonismo. Va a ser, nada menos, el momento en el que la población se vertebra en grupos específicos. La cultura del vaso campaniforme, íntimamente ligada a la introducción de los metales, está definida por la diferencia de clases, la potencia de grupos armados y el aumento de bienes.
jueves, 24 de julio de 2014
Sancho Ramirez
Hijo de Ramiro I. Dio fueros a Jaca (hacia 1076) y la convierte en la primera ciudad del Reino de Aragón. El Fuero de Jaca sirvió de modelo a muchos posteriores en Aragón y Navarra.
El primer obispo de Jaca fue García, hermano del rey, que inició la reconstrucción de la catedral, pionera en España del gran románico europeo.
El rey dio paso a las reformas cluniacense y gregorianas que sustituyeron el rito mozárabe por el romano y restauró en 1071 San Juan de la Peña.
Muerto Sancho "el de Peñalén" (1076), fue proclamado rey de Pamplona. Fue vasallo del Papa, a quien tributó en oro vio en Roma. Tomó Alquézar, Monzón y Almenar (Lérida, 1093), pero no pudo conquistar la perdida Huesca (ante la que murió) y Zaragoza, derrotado por al-Moctadir y el Cid.
El primer obispo de Jaca fue García, hermano del rey, que inició la reconstrucción de la catedral, pionera en España del gran románico europeo.
El rey dio paso a las reformas cluniacense y gregorianas que sustituyeron el rito mozárabe por el romano y restauró en 1071 San Juan de la Peña.
Muerto Sancho "el de Peñalén" (1076), fue proclamado rey de Pamplona. Fue vasallo del Papa, a quien tributó en oro vio en Roma. Tomó Alquézar, Monzón y Almenar (Lérida, 1093), pero no pudo conquistar la perdida Huesca (ante la que murió) y Zaragoza, derrotado por al-Moctadir y el Cid.
martes, 22 de julio de 2014
Alfonso V
Wikipedia |
Heredero de los títulos regios de Jerusalén y Hungría y de los ducales de Atenas y Neopatria, intervino mucho en Oriente: recibió en vasallaje a Bosnia, socorrió a Rodas, intentó una cruzada, negoció con el Preste Juan y con servios y albaneses, timó Castelorizzo y sus flotas navegaron por el Nilo y las costas sirias. Fue regente en la Península su esposa, la reina María y, luego, ésta y Juan, rey de Navarra y hermano de Alfonso.
Al morir en 1458 dio Nápoles y Sicilia a Ferrante, hijo natural, y sus Estados ibéricos a su hermano.
sábado, 19 de julio de 2014
El traje aragonés
El traje de baturra se llevaba en todo el valle del Ebro. Constaba de una falda fruncida a la cintura con una cinta y de una blusa de hilo o lino blanca, sobre la que se colocaba un pañuelo de vivos colores anudado al pecho. Las piernas se cubrían con medias negras en el Bajo Aragón y blancas en la ribera del río, aunque en las zonas de media blanca también se usaban las negras los días de labor.
La ropa interior constaba de una camisa de manga larga, con faldón hasta la rodilla, la enagua de rayadillo (en color oscuro) y la faltriquera o cinturilla de la cual pendían dos bolsas de tela que hacían las veces de bolsillo. A ellas accedía la mujer a través de las aberturas de la falda.
La falda era variada en su tejido y en el estampado de vivos colores, mientras que la blusa tenía manga larga y era de cuello cerrado con una tirilla.
Habitualmente calzaba "alpargatas miñoneras", usando en ciertas ceremonias de fiesta zapatos negros, mientras que el moño de "rosca" era el peinado acostumbrado.
Sobre los hombros va un pañuelo de gruesa lana, mientras que el pañuelo de la cabeza o cachirulo se anuda de diferentes maneras según las zonas. Usaban además las mujeres peals para mayor abrigo y protección del pie, abotonados sobre las medias. Como calzado, abarcas y zuecos junto con las alpargatas.
El traje masculino de baturro consiste en calzón blanco, sobre el que va el valón negro o pardo y de pana o terciopelo. De él salen unas cintas que, a manera de ligas, sujetan las calcillas a las rodillas. Se completa el atuendo con una camisa blanca y un chaleco a juego con el valón. Sobre el pañuelo o cachirulo era costumbre colocar un sombrero de alas anchas. También en las piernas se usaban las calcillas, sin pie, sobre las que durante el frío se ponían los peducos o calcetines hasta media pantorrilla y la tradicional faja para sujetar los valones.
La ropa interior constaba de una camisa de manga larga, con faldón hasta la rodilla, la enagua de rayadillo (en color oscuro) y la faltriquera o cinturilla de la cual pendían dos bolsas de tela que hacían las veces de bolsillo. A ellas accedía la mujer a través de las aberturas de la falda.
La falda era variada en su tejido y en el estampado de vivos colores, mientras que la blusa tenía manga larga y era de cuello cerrado con una tirilla.
Habitualmente calzaba "alpargatas miñoneras", usando en ciertas ceremonias de fiesta zapatos negros, mientras que el moño de "rosca" era el peinado acostumbrado.
Sobre los hombros va un pañuelo de gruesa lana, mientras que el pañuelo de la cabeza o cachirulo se anuda de diferentes maneras según las zonas. Usaban además las mujeres peals para mayor abrigo y protección del pie, abotonados sobre las medias. Como calzado, abarcas y zuecos junto con las alpargatas.
El traje masculino de baturro consiste en calzón blanco, sobre el que va el valón negro o pardo y de pana o terciopelo. De él salen unas cintas que, a manera de ligas, sujetan las calcillas a las rodillas. Se completa el atuendo con una camisa blanca y un chaleco a juego con el valón. Sobre el pañuelo o cachirulo era costumbre colocar un sombrero de alas anchas. También en las piernas se usaban las calcillas, sin pie, sobre las que durante el frío se ponían los peducos o calcetines hasta media pantorrilla y la tradicional faja para sujetar los valones.
miércoles, 16 de julio de 2014
domingo, 13 de julio de 2014
Escudo de Aragón
El escudo de Aragón aparece dividido en cuatro partes o cuarteles. La primera noticia que se tiene de esta división es del 12 de septiembre de 1499 cuando así aparece en la portada de la "Crónica de Aragón", escrita por fray Gauberto de Bagad. No obstante, no fue hasta 1920 cuando tal símbolo obtuvo el beneplácito de la Real Academia de la Historia como blasón oficial aragonés.
En la parte superior derecha, sobre fondo azul destaca una cruz de plata. Este es el blasón representativo más viejo del Reino de Aragón. Su legendario origen se atribuye a una supuesta aparición milagrosa de una cruz a las tropas aragonesas de Iñigo Arista en el trascurso de la batalla de Araguás en el siglo X. Su uso como único símbolo de Aragón se extiende hasta el siglo XIII. A finales de dicho siglo, el anterior blasón fue sustituido por la cruz de San Jorge. En el actual escudo figura esta cruz en el cuartel inferior izquierdo. En detalle, consiste en un fondo blanco sobre el cual va dicha cruz griega de San Jorge en color rojo. Ocupan los ángulos cuatro cabezas de moros degollados, morenos, imberbes, con turbante y siempre mirando a poniente. Este símbolo de Aragón, en el siglo XIII, tiene también un origen legendario asociado a la batalla de Alcoraz y a la posterior difusión del culto a San Jorge por todo Aragón. Cuenta la tradición la milagrosa aparición del santo a Pedro I en el transcurso de la citada batalla de Alcoraz, que daría al rey aragonés la posesión de Huesca. Las cuatro cabezas serían las de los jefes musulmanes muertos en combate.
El siguiente distintivo del Reino de Aragón son las barras de gules sobre fondo de oro. En el escudo se sitúan en la parte inferior derecha. Para unos su origen viene de cuando Aragón se hizo vasallo de la Santa Sede; entonces ésta, que empleaba los colores rojo y amarillo en las cintas de sus documentos, concedió su uso a la Corona de Aragón como privilegio especial.
En el siglo XVI cobró auge un nuevo símbolo, que ocupa la mitad superior izquierda del actual escudo. Sobre fondo amarillo destaca una encina o roble natural, saliente de la tierra, sobre la cual va una cruz roja. Su tardío origen es también atribuido a una milagrosa leyenda sobre una cruz aparecida al cabecilla aragonés Garci Jiménez.
En el siglo XVI cobró auge un nuevo símbolo, que ocupa la mitad superior izquierda del actual escudo. Sobre fondo amarillo destaca una encina o roble natural, saliente de la tierra, sobre la cual va una cruz roja. Su tardío origen es también atribuido a una milagrosa leyenda sobre una cruz aparecida al cabecilla aragonés Garci Jiménez.
jueves, 10 de julio de 2014
Aragón
Fuente: wikipedia
Aragón, propiamente dicho, es una creación de la Edad Media española.
Al inicio del siglo IX un escaso grupo de cristianos opuestos al dominio musulmán se refugian en las alturas pirenaicas dispuestos a iniciar una resistencia que, si bien resulta meramente defensiva en un primer momento, con el caso del tiempo se convertirá en una acción de Reconquista recuperando todo el valle del Ebro.
El nombre de Aragón, perteneciente originalmente a un pequeño territorio pirenaico alrededor de jaca, vendrá a ser propio de un reino que se extiende por todo el oriente peninsular: el Reino de Aragón, llegaría ser conocido en toda el área mediterránea.
La situación geográfica de lo que hoy llamamos Aragón denota su esencial característica de zona de paso desde Europa, por los Pirineos a Levante y al centro peninsular; la del Mediterráneo catalán hacia la meseta castellana; desde el País Vasco siguiendo el cauce del Ebro hacia su amplio valle.
Ya los primeros seres humanos establecidos en estas tierras desde la prehistoria fueron conscientes de ese carácter del suelo aragonés de encrucijada. Por eso mismo la complejidad racial será una de las características étnicas del solar prearagonés. Sucesivas razas y pueblos vinieron, se mezclaron y tomaron asiento en el actual Aragón.
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