lunes, 4 de agosto de 2014

El trazado de la Caesaragusta romana

Por desgracia, la mayor parte de las principales ciudades romanas de la región yacen hoy bajo el suelo de sus sucesoras modernas, que ocultan su fisonomía original.

Este es el caso de Caesaragusta, Osca y Turiaso.

Se conoce bien el antiguo perimetro urbano de forma rectangular, coincidente a grandes rasgos con el Ebro y el Coso (antiguo cursus). Se conservan algunos lienzos de la muralla, particularmente junto a San Juan de los Panetes y en el convento del Santo Sepulcro. Este límite fue trazado, según el antiguo ritual etrusco, por un sacerdote que conducía un arado tirado por un toro y una vaca blancos. Dentro de él, las calles se cruzarían en ángulo recto a partir de los ejes principales: el decumano máximo, que seguiría el eje este-oeste (que representa la proyección del decurso solar) y el cardo máximo, orientado de Norte a Sur.

Lo más probable es que el decumano coincidiera con la línea que forman las calles Mayor y Manifestación, terminando al este en una puerta. El cardo podría ir desde el Tubo hasta el puente de Piedra. La ciudad constaba con una red de alcantarillas, desde la que se han localizado algunos tramos y diversos edificios públicos; de los que que el mejor conservado es el teatro romano.

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