viernes, 19 de septiembre de 2014

Esplendor y grandeza en la corte de Mundir I

La Marca Superior de al-Andalus había tenido un gran desarrollo cultural durante la etapa de sometimiento al poder central cordobés. Cuando podían, los escasos sabios de la Marca emigraban a otros lugares donde encontraban todo aquello que les estaba vetado en una ciudad provinciana.

Desde que a principios del siglo XI la taifa de Zaragoza alcanza la independencia y la ciudad de Córdoba entra en plena decadencia, la cultura floreció extraordinariamente en el reino zaragozano, debido en parte a la emigración de sabios cordobeses, del resto de al-Andalus y de Oriente, ante la protección y mecenazgo que ofrecían sus reyes.

La pléyade de maestros y sabios prestigiosos que impartieron sus enseñanzas en Zaragoza desde principios del siglo XI fue el germen que propició la formación de intelectuales autóctonos que comenzaron a proliferar a mediados de esa centuria. La conquista de este reino por los cristianos a principios del siglo XII interrumpió un proceso que hubiera aportado a la cultura musulmana todavía más nombres de prestigio.

En el siglo XI, y en la corte de Zaragoza, coincidieron numerosos poetas, escritores, científicos y filósofos, muchos de los cuales huían de la intransigencia que se impuso en Córdoba.

Fue Mundir I quien acogió en primer lugar en su corte a estos intelectuales que escapaban de una Córdoba en descomposición. El poeta Ibn Darray, de origen beréber, recaló en Zaragoza entre 1018 y 1028. Compuso una serie de panegíricos en honor de Mundir y creó en su entorno un cenáculo de poetas, germen de una verdadera escuela lírica.

De entre tantos científicos e intelectuales sobresale Avempace. Hombre polifacético, nació en Zaragoza en la segunda mitad del siglo XI, pero tuvo que abandonarla cuando tenía unos treinta años al ser ocupada por los cristianos. Murió en la ciudad marroquí de Fez en 1138. Durante su vida alcanzó una fama extraordinaria y se convirtió en uno de los pensadores más influyentes en el Islam. Cultivó distintas disciplinas (astronomía, matemáticas, literatura, filosofía...) y fue uno de los mejore conocedores de los filósofos griegos de la antigüedad. Sus aportaciones filosóficas influirán más tarde en intelectuales de la talla de Averroces y Maimónides.

Destacaron también notables familias de juristas, verdaderos linajes que acapararon en las ciudades más importantes los principales cargos judiciales. Destacan los Banu Furtis en Zargoza, los Banu Abi Dirham en Huesca, los Banu-I-Iman en Tudela y los Banu al-Batruri en Calatayud.

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